Características generales
Pueden basarse en hechos verdaderos o inventados indistintamente
La narración se realiza en pasado
El narrador puede aparecer en la obra o no, pero no está siempre presente, como en el género lírico, o tampoco desaparece por completo, como ocurre en el género dramático.
La forma que se utiliza preferentemente en la obra literaria épica o narrativa es la prosa o el verso largo (hexámetro, verso alejandrino...)
Tiende a incluir los demás géneros (lírico, dramático, didáctico) razón por la cual suele ser el que tiene mayor extensión.
Puede presentar divisiones en su estructura externa tales como capítulos, epígrafes...
Posee las siguientes variantes o subgéneros: epopeya, cantar de gesta, poema épico culto, romance, cuento tradicional, mito, leyenda, relato, novela. Cada uno, a su vez, cuenta con diferentes tipologías o clases de textos, especialmente el mito, el cuento tradicional y la novela.
Este puede ser de dos modos: directa e indirecta.
La historia [editar]
Los orígenes de la literatura fantástica se remontan a la mitología griega y la mitología romana. Dos famosos clásicos son La Odisea de Homero y La Eneida de Virgilio. Posteriormente se observa una influencia muy fuerte del romance medieval. Tanto el romance como el ciclo Artúrico, son considerados precursores claros de la fantasía contemporánea.
Durante el siglo XIX y principios del XX se publicaron muchas historias fantásticas bajo el nombre de ciencia ficción (escritas a menudo por los mismos autores). Después del gran éxito de El Hobbit y El Señor de los Anillos escritas por J. R. R. Tolkien a mediados del siglo XX, así como las Crónicas de Narnia de C.S. Lewis y las series de Terramar de Ursula K. Le Guin, la escritura fantástica, influenciada a menudo por estos grandes trabajos y, también, por el mito, la epopeya, y romance medieval obtuvo renovada popularidad.
La fantasía cómica, especialmente los trabajos de Terry Pratchett, también debe ser mencionado aquí, siendo un subgénero que parodia y ofrece una visión habitualmente sarcástica de las ideas antedichas, así como ideas fuera del género, de una manera posmoderna.
La literatura fantástica y sus más viejos precursores inspiraron los juegos de rol, tales como Dragones y Mazmorras, que produjeron más ficción en el género. Las compañías del juego han publicado novelas fantásticas fijadas en los propios universos ficticios de sus juegos; las series Reinos Olvidados y Battletech son algunas de las más populares.
Del mismo modo, existen series de novelas basadas en las películas de la fantasía y series de la TV.
Aficionados a la fantasía se reúnen anualmente en la Convención de la Fantasía Mundial (World Fantasy Convention). El primer encuentro fue en 1975 y ha continuado cada año desde entonces. La convención se reúne en una ciudad distinta cada año.
Debido al aumento de la popularidad de este género durante el siglo XX, el género fantástico se ha subdividido en un número de ramas:
Fantasía heroica.
Fantasía erótica.
Fantasía cómica.
Fantasía contemporánea.
Fantasía romántica.
Fantasía de superhéroe - un género relacionado generalmente de cerca con los elementos de la ciencia ficción así como otros géneros.
La literatura fantástica es un género literario de ficción, generalmente en forma de novelas o de relatos cortos. Se caracteriza porque utiliza la magia y otras formas sobrenaturales como un elemento primario del argumento, la temática o el ambiente.
El árbol barbudo y los Hobbits.
El género fantástico se asocia y se pone en contraste con la ciencia ficción y con el terror. Los tres géneros ofrecen elementos comunes tales como componentes alejados radicalmente de la realidad o especulaciones sobre cómo podría ser dicha realidad, o cómo pudiera haber sido. La "fantasía" parece reservarse temas tales como la magia, valientes caballeros, damas en peligro, bestias míticas y búsquedas, en un ambiente medieval mientras que el terror generalmente se lleva a cabo en el presente con la intención de aterrorizar al lector y la ciencia ficción en el futuro, éste último en un ambiente altamente tecnológico.
Es una importante fuente de inspiración para juegos de rol y películas.
El género dramático es aquel que representa algún episodio o conflicto de la vida de los seres humanos por medio del diálogo de los personajes.
La palabra dramático proviene de “drama”; esta palabra corresponde al nombre genérico de toda creación literaria en la que un artista llamado dramaturgo concibe y desarrolla un acontecimiento dentro de un espacio y tiempos determinados. Los hechos se refieren a personas o caracteres que simbolizan en forma concreta y directa un conflicto humano.
Este género esta destinado a ser representado públicamente frente a un auditorio, por lo tanto, este género abarca a todas manifestaciones teatrales, a todo lo escrito para el teatro y a todo lo que es susceptible de representación escénica ante un público.
Una característica esencial es la acción. Lo que sucede en la obra no está descrito ni narrado ni comentado directamente por el dramaturgo, sino visto por el espectador. La obra está escrita, pero lo principal en ella es lo que ocurre (debido a esto, existen obras dramáticas sin palabras, o sea mudas, en las cuales se utilizan gestos y actitudes que expresan el conflicto).
La obra dramática ha sido creada para ser representada o interpretada por actores frente a un público, pudiendo estar escrita en prosa o en verso o combinando a ambos.
Antecedentes históricos:
El género dramático tuvo su origen en Grecia. Al comienzo, las representaciones teatrales estaban relacionadas con el culto a Dionisio, dios del vino y la alegría, y poseían por lo tanto un carácter sagrado. Dichas representaciones consistían en himnos dedicados a esa deidad o divinidad. Más tarde, fueron introduciéndosele cambios a los cantos; de esta forma surge el género dramático propiamente tal. Los dramaturgos griegos más importantes fueron: Sófocles, Eurípides y Esquilo.
De Grecia la obra dramática pasa a Roma siendo los autores más destacados: Terencio, Séneca y Plauto. Durante el primer período de la Edad Media el género dramático se extingue, olvidándose por completo las obras griegas. Alrededor de los siglos XI y XII los europeos reinventan el teatro, surgiendo comedias escritas en latín, que eran representadas en monasterios, cortes y universidades. No eran un teatro para el pueblo. Éste surgió en las iglesias y consistió en la dramatización de ciertas escenas del Evangelio. Dichas representaciones escritas en lengua vulgar, se hacían principalmente en las tres fiestas más importantes de la liturgia: Navidad, Epifania y Resurrección.
La primera obra teatral escrita completamente en Castellano fue el “Auto de los Reyes Magos". Se conserva incompleta (142 versos); falta la parte final, que debía mostrar la adoración de los reyes al Niño Jesús. Esta representación fue escrita a fines del siglo XII o principios del XIII y, como todas las de su tiempo, es anónimo.
División del género dramático:
tragedia: se refiere a un episodio fatal de la vida, que termina en forma triste o con la muerte del protagonista.
comedia:presenta aspectos cómicos u optimistas de la vida. Tiene un desenlace feliz.
drama: mezcla aspectos de la tragedia y de la comedia.
Se llama género lírico porque en la antigua Grecia este género se cantaba, y era acompañado por un instrumento llamado lira. Su forma habitual es el verso y la primera persona. El presente, pasado y futuro se confunden. Comunica las más íntimas vivencias del hombre, lo subjetivo, los estados anímicos y los estados amorosos. [1]
En su concepto más vasto comprende además de la oda, la canción, la balada, la elegía, el soneto e incluso las piezas de teatro destinadas a ser cantadas, como las óperas y dramas líricos. En lenguaje usual, sin embargo, designa casi exclusivamente la oda que, según las formas que reviste toma los nombres de ditirambo, himno, cantata, cántico, etc. El género lírico no tiene metro ni ritmo propios sino que el poeta acude a todos aquellos que le parecen más oportunos para expresar mejor su sentimiento.
Historia [editar]
La lírica parece ser la forma más antigua de la poesía. La hallamos en los Cánticos de Moisés y en los Salmos de David, en los antiguos poemas de la India y especialmente en Rig Veda. Pasan como creadores legendarios del género entre los griegos Orfeo, Lino, Museo y se cuentan entre sus cultivadores históricos Alceo, Simónides, Tirteo, Safo y Anacreonte que lo aplicaron a los asuntos más distintos. Lo llevaron al teatro en los coros de sus tragedias Esquilo, Sófocles y Eurípides. Píndaro lo llevó a su perfección en sus odas olímpicas y píticas. Entre los romanos sobresalieron en la lírica Horacio y Cátulo. En la Edad Media, inspiró los cantos de los bardos y trovadores y exceptionalmente el de algunos troveros. En los tiempos modernos se ha distinguido en la lírica:
en Italia, Petrarca y Tasso
en Francia, Ronsard, Racine, Andrés Chenier, Lamartine, Víctor Hugo, Leconte de Lisle y Heredia
en Inglaterra, Dryden, lord Byron, Shelley, Burns
en Alemania, Schiller y Goethe
en Rusia y Polonia, Puchkin y Mickievicz
en España, Fray Luis de León, Herrera, Rodrigo Caro, Jorge Manrique, Rioja, Zorrilla, Espronceda, Núñez de Arce, Jacinto Verdaguer, Salvador Rueda, Teodoro Llorente, etc.
en Chile, Pablo Neruda y Gabriela Mistral
Si bien entre los griegos y los romanos se cantaba la poesía lírica, en Roma y en los pueblos modernos quedó separada totalmente de la música.[1]
Aunque sea imaginaria, la historia literaria toma sus modelos del mundo real. Esta relación entre imaginación y experiencia, entre fantasía y vida es lo que le da un valor especial a la lectura en la formación espiritual de la persona. El narrador es la persona que presenta la narración; él es el encargado de dar a conocer el mundo imaginario al lector.
El narrador es un ente creado por el autor. El narrador posee una vida propia, la cual no está determinada por los valores que rigen a la vida humana, sino más bien existe dentro de la creación ficticia. El narrador como ente ficticio establece una relación con un lector ficticio, incorporado en el relato. Es el destinatario y participa en lo que el narrador cuenta. El elemento distintivo del género narrativo es la presencia de un narrador como emisor. Este se encarga de relatar la historia, presentar a los personajes y explicar las circunstancias en que se desarrollan los hechos.
El Narrador puede estar dentro (homodiegético) o fuera (heterodiegético) de la historia o diégesis que cuenta. También puede ocupar una posición intermedia. A esta visión o punto de vista del narrador se le denomina perspectiva.
De acuerdo a esto, el narrador se clasificará como protagonista o testigo (si está dentro de la historia), u omnisciente, objetivo y de conocimiento relativo (si está fuera de la historia).
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